lunes, 19 de octubre de 2009

Santiago.

Soy pequeña, muy pequeña si me comparo con el nacer de esta cuidad. Con cada vez más personas, más edificios, casas, cemento y cada vez voy viendo menos verde el paisaje. Se nos ha entregado una tierra que debemos cuidar y proteger como a nuestra casa, pues eso es, nuestra casa.
Aun nos queda tiempo y yo voy describiendo los movimientos de esta cuidad que no para, ni creo que pare jamás. Cada piedra, ¡las piedras!, en cada una de ellas se esconden millones de años de historia y con cada una de estas piedras se va formando nuestra cuidad a la que llamamos Santiago y que también esconde millones de historias a lo largo de millones de años.
La vida en Santiago se nos hace cada vez más monótona, rutinaria, pero solo un día acostarse en el pasto por un pequeño momento nos llena de energía, vigorizante esa es la palabra. Pensar que cada uno de nosotros y cada espacio formamos Santiago. Me gustaría que no sólo camines por la cuidad, también me agradaría que la descubras, así te darás cuenta que cada vez que pasas por el mismo lugar siempre descubrirás algo nuevo. Todo en esta cuidad está en movimiento y por ende Santiago está en constante movimiento.

No hay comentarios:

Publicar un comentario