lunes, 19 de octubre de 2009

Ni querido amiguito.

Ya anochecía y aún no encontraba a mi querido amiguito. Lo busqué y busqué por horas, pero simplemente no ha querido aparecer desde que comenzamos a jugar a las escondidas… ¡ah! Claro debe estar escondido y cada vez que he estado casi por encontrarlo vuele a cambiar de lugar para mantenerme bien preocupada ¡que malo es! Me ha llegado la suave brisa del sueño y me he quedado dormida por unos minutos y al despertar he reanudado mi curiosa búsqueda ¡pero que amigo tan juguetón tengo! Le grité por toda la casa que ya era hora de dormir y no quería seguir jugando más, pero nada me ha contestado. Bajé las escaleras, debo confesar con algo de miedo, pues aún soy pequeña y puedo caer, pero sólo me encontré con mi mamá y recibí un reto por estar aún despierta, me he enojado con ella pues no comprende mi gran dilema y subí muy enojada las escaleras (por suerte no caí porque estaba furiosa). Cuando llegué a mi habitación estaba acomodado en mi cama y llegué a dudar si es que acaso siempre estuvo allí. Apreté el botón de su mano y su voz resonó en la habitación: “te quiero mucho”. Al fin pude acostarme y dormir en mi cama en mi osito entre los brazos.
Dulces sueños querido amigo…

No hay comentarios:

Publicar un comentario