martes, 22 de septiembre de 2009

Cada mañana.

No sabes cuanto tiempo esperé por esto, no sabes lo que he deseado este día. Esperé por meses, días, quizá años para poder encontrarte, si a ti. Te deseaba las noches, te esperaba días enteros sin moverme, imaginaba verte cruzar mi portal sin ninguna emoción. Intentaba necesitarte, intentaba olvidarte, no podía quererte ni menos odiarte, lo único que mi corazón deseaba sentir era esperarte. Hablaba con mi corazón tardes enteras, para cualquier persona debía estar loca, para mí, ellos lo estaban. Me decía, no debes buscar, no intentes olvidar ni odiar, mucho menos intentes creer o querer, no podrás; debes preguntar, no a las personas claro está, a las Estrellas, ellas te dirán la verdad. Era lo único que mi corazón decía, una y otra vez. La Estrellas me nombraban a la Luna, pero esta no daba información alguna al igual que el corazón; una noche respondió a una de las preguntas, no debes intentarlo, solo espera, nadie te impedirá encontrar a tu amor, nadie te lo quitará simplemente porque es tuyo, él al igual que tú te espera, ha hablado con el Sol, la Luna, las Estrellas y el Mar, ¿increíble, no? No lo encontrarás mañana, no lo encontrarás en semanas, quizá ni siquiera en meses o años, pero cuando menos lo imagines, aparecerá, frente a ti, él no estará feliz o triste, al igual que tú, en su cara no habrá expresión alguna, pero es solo lo que se ve. Su corazón y el tuyo al fin habrán encontrado lo esperado todas sus vidas. Esa noche no dormí, no pensé, ni sentí nada. Durante un año empecé a rehacer mi mundo. Mi corazón ya no me hablaba, las Estrellas no brillaban para mí, y la Luna se escondía al mirarla. Ya no pensé más en lo que yo creía imposible. En sueños me desvelaba, recorría un sin fin de pasillos todos sin salida excepto Uno. Tenía cuadros en las paredes y escrituras, pero no las entendía, personas que no conocía, cartas que nunca escribí o recibí. Era como ver mi futuro o eso creía. Todas las noches era lo mismo, eran señales que nunca entendí. Al cabo de un año hable con el Sol, me dijo solo una frase: "Ahora más que nunca debes ser paciente, pronto llegará". Luego se esfumó y mis ojos se llenaron de nubes. Esa misma noche intenté hablar con mi corazón, ya no lo veía como antes era solo un... corazón, quizá me había convertido en lo que yo llamaba locos... Mi corazón se apretó. Desperté aterrada, ansiosa, feliz y triste todo al mismo tiempo. Me senté en el mismo sillón que hace un año era mi lugar de espera, pasaron las horas. Lo vi. Un niño de menuda estatura, pelo desordenado, muy flaco y su mirada no demostraba nada.Era lo que ahora se convirtió en mi Hijo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario